Inspirado por este ejercicio del podcastero revelación Dwarkesh Patel, voy a intentar resumir lo que ha venido pasando con Atemporal y lo que voy a intentar hacer que pase en adelante.
La medida más importante de progreso: consolidación
Quizás el legado de haber salido de un colegio en el que solo daban matemáticas es que me aburren los números. Razón por la cual me ha dado pereza calcular cuál ha sido el crecimiento en descargas (visitas) de Atemporal comparando los primeros dos años con los últimos dos años (desde que definí una frecuencia semanal). Es, en todo caso, un crecimiento absurdo. Antes un episodio best seller podría acumular 5.000 descargas al cabo de un par de meses. Hoy un episodio best seller supera los 5.000 en las primeras horas al aire.
Pero la medida de progreso que me interesa no son las visitas, ni los perfiles de invitados a los que he podido tener acceso. La medida de progreso más importante es que Atemporal se ha consolidado como un proyecto serio. Me refiero a que Atemporal ha cogido rumbo.
Nació con la idea de que fuera largo. Esa era todo el objetivo: hacer un podcast que en vez de corto fuera largo. Visto en retrospectiva no parece un propósito loable. Pero qué importa: con tal de empezar, cualquier excusa vale. En esos primeros episodios la dinámica era —como me dijo estos días un mentor— «un recital de libros y conocimientos». Hablar largo, mostrar que uno algo ha leído, divertirse y pasar el rato. Hasta ahí llegaba Atemporal.
Luego, la feliz coincidencia. Fue Juan Ricardo Ortega (episodio #83) el que subió de nivel —sin pretenderlo— a Atemporal. Si miran esa entrevista se darán cuenta que estaba planteada en una dirección y el entrevistado le dio otro rumbo. Yo le preguntaba por lo que sabía preguntar —su trabajo, su manera de hacer las cosas—, Juan Ricardo contestaba pero siempre lo enmarcaba todo en una reflexión más profunda de la sociedad, la historia, y Colombia. Es realmente una entrevista extraordinaria: 95% por el entrevistado, 5% por la suerte de haberme quedado callado.
A partir de ahí quedé picado. Con ganas de entrevistar más perfiles tipo Juan Ricardo. Seguía en todo caso recurriendo a mi modo default: entrevistas a empresarios por aquí, recitales de libro por allá. Llegó otra feliz coincidencia: Rafael Obregón. Y no por la entrevista, precisamente. Ni por el aturdimiento de que me dijera al minuto 30 que si podíamos acabarla ya. La clave ha estado en las conversaciones que desde entonces hemos tenido. Él, que tiene una marcada tendencia de poner a trabajar a la gente, supo ver que el potencial de Atemporal residía en esas entrevistas como la de Ortega. En intentar desenmarañar la historia reciente de Colombia; en especular sobre lo que pudo haber pasado; en descifrar qué salió mal; en mostrar que no todo ha sido el complot de una oligarquía-que-ha-explotado-200-años-al-pueblo-y-ahora-nos-conduce-a-la-inevitable-extinsiooon-de-la-humanidad.
Desde entonces la mayoría de episodios de Atemporal han girado alrededor de esa pregunta fundamental y quizás imposible de contestar: ¿por qué los colombianos somos como somos?
Es en ese sentido que digo que el proyecto se ha consolidado. Ahora Atemporal tiene un núcleo que anima sus aventuras, que filtra posibles entrevistas, que le da consistencia y profundidad. Es lo más importante que ha pasado en los últimos dos años.
El futuro: talk show vs programa de entrevistas
Es imposible no imaginar el futuro sin acudir al referente podcastero por excelencia: Joe Rogan. Es el más masivo, el más influyente, el más todo. Ahora: ¿Atemporal ha de ser un Joe Rogan Experience? Noto algunas diferencias. Para empezar, no sé que sustancias ingieren los gringos, pero 3 horas de podcast me parece que atentan contra la estamina de tu cristiano de confianza. Pero hay otra diferencia más importante: Rogan, el anfitrión, interviene el 50% del tiempo. Quizás más. En Atemporal yo intervengo quizás el 20%, a veces el 10%. He notado que entre más precisas las preguntas, entre más profesional actúe, entre menos amiguero me vuelva de los entrevistados, mejor el resultado final. Tiene sentido: finalmente la gente quiere un entregable. Y si bien el entregable de Joe Rogan es una conversación entretenida, parece que el de Atemporal es más una entrevista.
La pregunta a futuro es si Atemporal debe ser más programa de entrevistas o más talk show. A juzgar por el éxito de Joe Rogan, parece que lo sensato es migrar hacia el talk show. Pero a juzgar por el éxito de Atemporal, lo sensato sería inclinarse más hacia las entrevistas. La respuesta definitiva no la tengo. Los dos criterios que me han guiado hasta entonces han funcionado: qué me divierte y qué me causa curiosidad. El resultado es que hay suficiente variedad para mantener el programa entretenido, pero también suficiente consistencia para que cada vez sea más interesante. Así, hay suficientes episodios sobre Medellin en los 80 para los que les interesa ese tema, pero no todos los episodios son sobre ese periodo histórico, lo que es un alivio, supongo, para los que me han dejado saber una y otra vez que ya estoy cansón con los temas de siempre (Barco forever). En todo caso me gusta divertirme de vez en cuando con un episodio más light.
Mi ventaja competitiva: saber a quién escuchar y ser un polisher
Hice un test de mis talentos (gracias Angelita) y resultó que soy un polisher. Es decir, lo que me energiza es hacer cada vez mejor una misma cosa. En mi caso, dos oficios: entrevistar y escribir. Ambas actividades me obsesionan. Tengo en mi biblioteca varias biografías de maestros comunicadores y también muchos libros sobre cómo escribir mejor. Escucho cada una de las entrevistas de Atemporal y me hago las auto criticas más severas. A veces —y juro que no es falsa modestia— me sorprendo de que un entrevistado haya podido contestarme una pregunta tan grotescamente mal formulada. Sufro con mis muletillas y me siento como un impostor cuando a un episodio le va bien a pesar de mi pésimo desempeño. Y aún así, todos los días intento mejorar. Soy un obsesivo del performance. Un creyente de la constancia. Me gusta una canción de Duki que dice «yo no soy bueno, yo tengo talento», pero quizás es verdad lo que dice un polémico twitero: en mi caso no tengo talento, pero soy bueno. Y cada vez más. Soy un polisher y en mi libreta los polishers somos los más peligrosos porque cuando los talentosos se fatigan nosotros seguimos moliendo. Me gusta numerar cada episodio de Atemporal porque soy un polisher. Quiero poder ver el progreso, episodio a episodio. Mientras escribo esto, Atemporal ha publicado 142 episodios. Me invade un solo pensamiento: si ahora soy bueno, esperen al episodio 600.
Lo otro es saber escuchar. O mejor: saber a quién escuchar. De tantas entrevistas a personas excepcionales, uno empieza a discernir quién sabe de qué y quién no sabe de qué. La buena noticia es que si uno es lo suficientemente abierto, a la gente le encanta opinar sobre lo de uno. Es cuestión entonces de filtrar y encontrar en ese mar de información cuál es la clave que a uno le sirve. Diría que de las diez mejores decisiones que he tomado en los últimos años, probablemente ninguna se me ocurrió a mí.
Monetización
Tengo un amigo que desde hace años me repite todos los días que estoy perdiendo plata. Tiene razón. Mi apuesta es que estoy dejando los centavos en la mesa, porque estoy esperando los lingotes. Pero quién sabe. Lo cierto es que hay algo psicológico que me impide hacer plata. Soy comunista. Not.
Lo que me impide hacer plata —al menos en el corto plazo— es justamente que soy un polisher. No soy capaz de meterme en algo a menos que sea algo que sé que quiero hacer durante mucho tiempo. Podría ser consultor de estrategias digitales o whatever you call it pero la verdad es que creo que sería un pésimo consultor. Para empezar porque I dont care about your problems. Podría ser influencer y salir frente a la cámara grabando pendejadas, pero me parece tan antinatural. Podría crear una comunidad Atemporal, pero la verdad es que ya lo probamos en su momento con 13% y concluí que es un oficio distinto que, aparte de todo, no me interesa. También en 13% probamos cursos online y nos fue bastante bien. Pero como la filosofía del polisher consiste en casarse con el oficio, dedicarse a los cursos implicaría volverme más un educador que un escritor/entrevistador.
¿Qué queda? Ingresos de Youtube y patrocinios/publicidad.
Malas noticias: todavía en el mercado local no hay consciencia del valor de pautar en los podcasts y mi intuición es que a la mayoría de los directores de mercadeo les da miedo apostar duro en algo que no es tan fácil de medir como una pauta de Facebook.
Confesión: el otro oficio que no disfruto es el de vender. Ya sé que tengo que mejorar en esto y he estado intentando, pero me cuesta. No han salido de mi correo cantidades de propuestas comerciales como te lo recomendaría tu tigre comercial de confianza. Quizás he tenido fe en que lo más importante de todo es el producto (y es verdad). Pero puede que me haya recostado demasiado en ponerme bonito para la fiesta y esperar a que vengan a mí y no lo suficiente en mi capacidad de salir a cazar.
Buenas noticias: Comfama ha sido un patrocinador extraordinario, merecen mucho crédito por el crecimiento de Atemporal (no se imaginan lo que libera poder enfocarse en hacer lo que uno hace bien). Los ingresos de Youtube también están creciendo de manera significativa. Enhorabuena.
Retos: la tentación y la diversidad
Cómo el podcast ha tomado un tono más político pues nos hemos adentrado en la historia de Colombia, es difícil mantener la neutralidad. Aunque procuro evitar la coyuntura, es difícil lograrlo siempre, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en un gobierno que causa tanta frustración y desesperanza.
El otro asunto es que la política —no voy a decir nada nuevo— es tentadora. Mi intuición es que van a surgir oportunidades en ese mundo y tendré que tener buen criterio para mantener the main thing the main thing, esto es, para seguir haciendo un podcast cuyo núcleo sea el interés genuino por la historia de Colombia.
La diversidad. Creo que es importante traer voces y perspectivas diferentes. Y quiero hacerlo. Es costoso en el siguiente sentido: cuando uno tiene que publicar un episodio a la semana, el tiempo apremia. Es natural entonces que uno busque entrevistados que uno sabe que la entrevista va a salir bien o que al menos van a aceptar la invitación. Por eso uno suele recurrir a los que tenga más presentes y más cercanos. La diversidad, esto no es una revelación para cualquiera que viva en las burbujas colombianas, hay que salir a buscarla. Y ese salir a buscarla cuesta dinero y tiempo. Por ejemplo: es un hecho que en Atemporal hay menos entrevistadas que entrevistados. Pero voy a decir algo impopular: hay un loop de visibilidad que juega en contra. Las mujeres son menos visibles y por lo tanto obtienen menos oportunidades de visibilidad y por lo tanto son menos visibles (además son más cautelosas y por eso los rechazos de entrevistas que he tenido han sido casi todos de mujeres). No estoy diciendo que eso está bien. Solo estoy diciendo que así es. Repito: quiero mejorar en este aspecto.
Un riesgo que tomé este año
Contraté a Maria José, que se lleva también buena parte del crédito por el crecimiento en Youtube. Es la talentosa responsable de los trailers de los episodios y de nuestro despliegue en redes sociales. Ambas cosas cada vez van mejor y cada vez tienen más impacto. Mi sospecha es que Maria José también es una polisher. Me pareció riesgoso compreterme con una nómina. Nunca he tenido vocación empresarial, ni creo que mis talentos estén en manejar gente. La buena noticia es que a Maria José no hay que manejarla y el riesgo ha valido 100% la pena.
Nuevo estudio y entrevistados soñados
Estoy feliz porque habemus nuevo estudio. Esto va a permitir grabar sin algunos inconvenientes que hemos tenido antes (if you know you know) y además quiero que tenga un diseño distintivo. Como dice un amigo, se vienen grandes cosas.
Entrevistados soñados:
Luis Alberto Moreno, para hablar del Plan Colombia.
Dario Jaramillo Agudelo, para hablar de la gran novela colombiana, Cartas Cruzadas.
Maria Emma Mejia, sobre Medellin en los 90 y lo que hicieron.
Juan Gabriel Vásquez, sus libros y Colombia.
Juanes, su música y Colombia.
Round 2 con Juan Ricardo Ortega, Constaín, Caro y Mejía (esto sería round 23), Jaime Bermudez.
Noemí Sanin, sobre su trayectoria y la historia reciente.
Armando Montenegro, su trayectoria y la historia reciente.
Recomendación de la semana
Episodio de podcast: Peter Thiel en Joe Rogan
Nunca me había gustado Thiel, que según Tyler Cowen tiene "el entendimiento más profundo de las humanidades” en todo el mundo. Muy interesante, y sí: son tres horas.
Esta semana en Atemporal: Conversé con Juan Carlos Restrepo, que fue director legal de una multinacional en Venezuela entre 2006 y 2010. Hablamos de Alex Saab, Chávez, Maduro, la etapa degenerativa del régimen, paralelos entre Colombia y Venezuela, y mucho más!
Esta edición del newsletter es posible gracias a COMFAMA. Pocas instituciones han sido tan promotoras de la lectura como COMFAMA (opinión personal) y hoy quiero contarles que uno de mis lugares preferidos para trabajar -cuando estoy en Medellín- es la biblioteca de COMFAMA al lado del café Otraparte. Es uno de los pocos lugares silenciosos que van quedando en Colombia y siempre me ha gustado trabajar rodeado de libros.
Aquí pueden conocer el catálogo de libros para préstamo que tiene COMFAMA en sus bibliotecas, algunos de ellos en versión digital.
Deberías invitar a Diana Uribe, sería interesante escucharlos a los dos.
Creo que sería buena idea que dividieras los temas por algún distintivo, para que cada uno pueda elegir el rumbo a tomar sobre lo que ofrece atemporal.