Me recuerda a El Manantial este newsletter, ¿hasta que punto el "altruismo" de muchos alimenta el ego, de su propio egoísmo? Ojalá más millenials sin propósito llegaran a este escrito
Andrés. Junto con mi esposa Nancy Logreira escuchamos con mucho interés tus podcast y leemos tus escritos. Este nos pareció muy interesante. Haces reflexionar sobre el tema. Por mi parte, comprendo que la palabra propósito se haya desgastado por las razones que señalas. El propósito lo entiendo como el fin o la intención con la que se hace algo. Habrá quienes les mueva ser "los mejores" o habrá a quienes los mueva "ser mejores”. Esas intenciones terminan siendo propósitos. Y el hacer algo con un nivel cada vez superior de perfección puede que en últimas termine contribuyendo a la humanidad, pero no necesariamente. Habrá quienes hagan "bien" lo que hacen, pero por fuera de un marco ético. Habrá quienes hagan bien lo que hacen, y de paso los demás se benefician pero esa no es su intención, esto es, terminan ayudando por efecto rebote. Habrá quienes hagan bien lo que hacen, dentro de un marco ético, y a su vez genuinamente les movilice el que con aquello que hacen puedan -directa o indirectamente- a su vez cuidar o velar por el bienestar de los demás: así sea sus propios hijos, su propio núcleo familiar, la familia más extendida, el equipo de trabajo, e incluso -para los más altruistas- cuidar de la comunidad o de aquellos más necesitados, etc. Una pregunta para hacerse sería, a mi juicio, ¿dónde se ubica cada uno en esos escenarios? ¿qué nos hace sentir más plenos?: la respuesta es de cada quien. Desde otra perspectiva: ¿con quién te conectarías más como persona: con aquel al que lo mueve exclusivamente su propio "perfeccionamiento" o con aquel que en su quehacer -ético- se interesa tanto por "ser mejor" como por cuidar de los demás?. Ese cuidar de los demás también ofrece todos los niveles: desde escuchar unas necesidades o inquietudes hasta movilizarnos, en lo que esté a nuestro alcance, para poder solventar o ayudar para que esas necesidades sean cubiertas. ¿Y que tal si descubrimos un día que el llegar a ser mejores en la acción no sólo va asociado a concentrarnos en la “acción por la acción”, por el sólo gusto de ser más capaces, sino que ese ser mejores en la acción alcanza niveles superiores cuando de manera genuina buscamos con nuestra acción directa o indirectamente contribuir y/o cuidar del (los) otro(s)? Parece que este último es el mensaje detrás de la expresión Sudafricana de Ubuntu. Pero reitero, cada uno tendrá sus propias respuestas y en ellas habrá muchos matices. El arte podría ser que cada uno encuentre lo que en su fuero interno juzgue lo más equilibrado, con la única restricción eso sí de no hacer daño a los demás.
No importa si es narcisista o si es altruista, lo importante es tenerlo, es encontrarle el Sentido a lo que hacemos (acá V. Frankl es magistral).
Hace poco escuché la siguiente pregunta: "con lo que hago dejaré una huella o una cicatriz?", es ese tipo de preguntas lo que resuelve tener un propósito en la vida.
Hola Andrés, otra vez por acá, sin duda parte de nuestro egoísmo no solo nos beneficia sino a los nuestros, o qué mejor el caso de las familias, grupos, roscas o sociedades, esta carta que usted nos entrega hoy me cae como anillo al dedo con el episodio 11 del Podcast de los Andreses A&A (Terrenal del cual usted fue el detonante), episodio final de la trilogía sobre Adam Smith y en donde colaboró la apreciada Jimena Hurtado, haciendo referencia a un libro que no me he leído, pero los anfitriones citaron incansablemente "Teoría de los Sentimientos Morales". En dónde se debatía sobre cómo el interés particular beneficia al colectivo (Adam Smith), pero siempre con la sombra de que a los actores invisibles no recibirán ayuda... (John Maynard Keynes). Saludo Cordial!
Me recuerda a El Manantial este newsletter, ¿hasta que punto el "altruismo" de muchos alimenta el ego, de su propio egoísmo? Ojalá más millenials sin propósito llegaran a este escrito
Pensé exactamente lo mismo. Inmediatamente se me vino la imagen de Roark bocetando furiosamente.
Andrés. Junto con mi esposa Nancy Logreira escuchamos con mucho interés tus podcast y leemos tus escritos. Este nos pareció muy interesante. Haces reflexionar sobre el tema. Por mi parte, comprendo que la palabra propósito se haya desgastado por las razones que señalas. El propósito lo entiendo como el fin o la intención con la que se hace algo. Habrá quienes les mueva ser "los mejores" o habrá a quienes los mueva "ser mejores”. Esas intenciones terminan siendo propósitos. Y el hacer algo con un nivel cada vez superior de perfección puede que en últimas termine contribuyendo a la humanidad, pero no necesariamente. Habrá quienes hagan "bien" lo que hacen, pero por fuera de un marco ético. Habrá quienes hagan bien lo que hacen, y de paso los demás se benefician pero esa no es su intención, esto es, terminan ayudando por efecto rebote. Habrá quienes hagan bien lo que hacen, dentro de un marco ético, y a su vez genuinamente les movilice el que con aquello que hacen puedan -directa o indirectamente- a su vez cuidar o velar por el bienestar de los demás: así sea sus propios hijos, su propio núcleo familiar, la familia más extendida, el equipo de trabajo, e incluso -para los más altruistas- cuidar de la comunidad o de aquellos más necesitados, etc. Una pregunta para hacerse sería, a mi juicio, ¿dónde se ubica cada uno en esos escenarios? ¿qué nos hace sentir más plenos?: la respuesta es de cada quien. Desde otra perspectiva: ¿con quién te conectarías más como persona: con aquel al que lo mueve exclusivamente su propio "perfeccionamiento" o con aquel que en su quehacer -ético- se interesa tanto por "ser mejor" como por cuidar de los demás?. Ese cuidar de los demás también ofrece todos los niveles: desde escuchar unas necesidades o inquietudes hasta movilizarnos, en lo que esté a nuestro alcance, para poder solventar o ayudar para que esas necesidades sean cubiertas. ¿Y que tal si descubrimos un día que el llegar a ser mejores en la acción no sólo va asociado a concentrarnos en la “acción por la acción”, por el sólo gusto de ser más capaces, sino que ese ser mejores en la acción alcanza niveles superiores cuando de manera genuina buscamos con nuestra acción directa o indirectamente contribuir y/o cuidar del (los) otro(s)? Parece que este último es el mensaje detrás de la expresión Sudafricana de Ubuntu. Pero reitero, cada uno tendrá sus propias respuestas y en ellas habrá muchos matices. El arte podría ser que cada uno encuentre lo que en su fuero interno juzgue lo más equilibrado, con la única restricción eso sí de no hacer daño a los demás.
No importa si es narcisista o si es altruista, lo importante es tenerlo, es encontrarle el Sentido a lo que hacemos (acá V. Frankl es magistral).
Hace poco escuché la siguiente pregunta: "con lo que hago dejaré una huella o una cicatriz?", es ese tipo de preguntas lo que resuelve tener un propósito en la vida.
Hola Andrés, otra vez por acá, sin duda parte de nuestro egoísmo no solo nos beneficia sino a los nuestros, o qué mejor el caso de las familias, grupos, roscas o sociedades, esta carta que usted nos entrega hoy me cae como anillo al dedo con el episodio 11 del Podcast de los Andreses A&A (Terrenal del cual usted fue el detonante), episodio final de la trilogía sobre Adam Smith y en donde colaboró la apreciada Jimena Hurtado, haciendo referencia a un libro que no me he leído, pero los anfitriones citaron incansablemente "Teoría de los Sentimientos Morales". En dónde se debatía sobre cómo el interés particular beneficia al colectivo (Adam Smith), pero siempre con la sombra de que a los actores invisibles no recibirán ayuda... (John Maynard Keynes). Saludo Cordial!