Los primeros álbumes de Sabrina Carpenter no pegaron, o al menos eso me dice mi informante.
La decisión fue que la agarrara un marketero y la convirtiera en un producto viable.
La artista no bastaba. En la era digital había que volverla, ante todo, una estrella.
La mandaron al área de empaquetamiento de una disquera y la recetaron con lo usual: consistencia de color, picante sensual, estribillos simples.
La apropriación marketera del color: verde Feid, azul Sabrina.
La movida funcionó. Hoy es la estrella del mundo pop.
Pero: ¿cuál es el precio de hacer la concesión marketera?
En el caso de Sabrina, me parece que es full price. No veo a la estrella volviendo a ser artista. Después de un ascenso meteórico nadie se contenta con un aterrizaje modesto.
Un podcastero inglés que sigo también hizo su sacrificio por el estrellato. Y le resultó.
El tema es que ahí quedó atrapado, y -sospecho yo- en una cárcel que no es de todo su agrado. Ahora no puede darse el lujo de no entrevistar médicos escandalistas, de titular sin amarillismo, de abstenerse de anunciar el fin del mundo: el algoritmo no lo toleraría. Creyó haberle ganado al algoritmo y no se ha dado cuenta que fue el algoritmo quien se lo ganó a él.
El hombre terminó atrapado por el algoritmo, así como la artista Carpenter quedó secuestrada por la estrella Sabrina.
La idea de darle a la gente lo que la gente pide parece la más natural del mundo.
Pero no hay que olvidar que en un punto eso era exactamente lo que la familia Sackler estaba haciendo. ¿Y los consumidores? Los consumidores estaban rabiando por esa pastillita mágica.
De los marketeros siempre he preferido al papá de todos, que además es buen tipo.
Seth Godin no aboga por darle a la gente lo que pide. Ni de apelar a su subconsciente para vender más. Seth Godin dice make things better by making better things.
Ojalá uno logre mejorar las cosas haciendo cosas mejores antes de que las gotas de amarillo le ensucien el delantal, pues ya sabemos que entre un poquito de amarillismo y el pleno amarillismo no hay casi trecho.
Recomendación de la semana
Película en cine: Sinners
Tremenda película sobre unos hermanos que están montando un bar en un aserradero en Mississippi en la época de los cultivos de algodón. Es sobre música, pero insertada en el genero de vampiros. La locura!
Esta semana en Atemporal: Conversé con Thierry Ways, empresario del Caribe colombiano, sobre el fin de la certidumbre en el siglo XXI, Colombia frente al apocalipsis, la competitividad del país, y mucho más!
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