De todas las posibles sensaciones que acompañan a momentos específicos del calendario, mi preferida, de lejos, es el high de enero. Superior a la calidez hogareña de la navidad, superior incluso a la libertad de las vacaciones de mitad de año que siente el menor de edad, el high de enero lo hace sentir a uno que es capaz de todo.
El año pasado el high de enero me duro meses. Era marzo y yo todavía aprovechaba ese viento de cola. Una maravilla, pues no hay mejor sensación a la de sentirse confiado (y no hay peor sensación que sentirse bajo de confianza). A veces el high de enero se anticipa al año nuevo y ya en la fiesta del 31 uno puede sentir las vibraciones de un futuro que promete. Pero este año el high de enero se demoró. Estuve acechándolo. Husmeándo como un sabueso que se sorprende no haber visto aún las orejas del conejo pero que no pierde la esperanza. Pensé, algo catastrofista, que quizás el high de enero tenía edad de vencimiento, así como el aire de libertad de las vacaciones de mitad de año se extingue después de once del colegio. Pero no: el high de enero volvió. Con retraso, pero volvió. Ya otra vez respiro la confianza de que este año va a ser mi mejor año hasta el momento. Es realmente una sensación superior.
Me pregunto si todo el mundo siente high de enero y pienso que quizás no. Tal vez el high de enero es más frecuente en los que creemos que el trabajo es acumulativo; que no hay años buenos y otros malos, sino años que suman. Que uno se va forjando por medio del trabajo que hace y que no se trata de «este año sí hacer las cosas bien» sino de algo más simple: «este año, seguir».
Tal vez el high de enero es innato al ser humano y se va perdiendo con los baños de realidad. Que todos nacemos con capas de optimismo que el agua va diluyendo. «Esas caras que ves todos los días en las calles no fueron creadas del todo sin esperanza: se amable con ellos», escribe Bukowski.
Quizás para muchos el nuevo año no viene con promesas sino con angustias. No la brisa helada que refresca el espíritu sino el aire del Sahara que trae más polvo que oxígeno.
Otro año sin haber perdido la ambición. Hay que intentarlo todo para seguir oxigenándola.
Les deseo un feliz año y que puedan capitalizar el high de enero (si lo sienten).
Recomendación de la semana
Serie: The Bear
Vi esta serie en vacaciones. De lo mejor que he visto en mi vida. Como dice Robbie Frye, hay capítulos que individualmente considerados son superiores a la mayoría de películas. Verdaderas piezas de arte.
Es una historia de obsesión, sacrificios, y de hacer cosas difíciles.
Está en Starplus.
Esta semana en Atemporal: Conversé con Robbie Frye, amigo del gremio podcastero y el mejor recomendador de series (me recomendó The Bear) y documentales raros. Hablamos sobre el craft, la obsesión con los detalles, cómo hemos evolucionado desde que empezamos a hacer podcasts, y más.
Se siente el high de enero. En parte se lo achaque a el tema político en la región de Antioquía, pero este año logré sentirlo a nivel personal a diferencia de otros años
Hola Andrés, en este mensaje resumo el fin de año y comienzo de este 2024. Coincido que la fecha trae inercia, y más cuando los años vienen pisando fuerte y el afán de avanzar y mostrar (primero a mí mismo) se vuelve un látigo romano motivador que deja una que otra herida. Quiero contarle que gracias a usted en el 2023 leí más libros de los que nunca me había leído en un año, fue motivador buscar los recomendados por ud, buscarle espacio en el presupuesto y leerme unos de esos empolvados que tenía a la espera por varios lustros. (Hasta me bajé un template en Notion para los seguimientos - reseñas, y datos estadístico ridículos como las 8mil páginas en un año) Ahora mí reto es leer y retener más, este año quiero poner en práctica un libro que me leí "El año de 12 Semanas por Brian P. Morgan, Michael Lenninton" vamos a ver qué pasa con el impulso, que no falte el tesón.
Espero este año sea mejor y como lo escuché en alguno de sus podcast podamos cada día mejorar en algo. Aprovecho para comentar que fue genial la entrevista en Atemporal con los A&A y cómo el último episodio de ellos salió primero que el del de la Sra. Vélez para no darles la razón de que los posterga en las publicaciones, ahora también los escucho a ellos y me parece algo cómico que hay referencias cruzadas como en las series de tiras cómicas (i.e flash y flecha verde). Por otra parte bueno el impulso que se dio y nos dio con el capítulo perdido “100”.
Para terminar le envío ánimo, que no falte la constancia y persistencia, ya que como dice el Alquimista a veces el universo entero conspira… pues al final lo que cuenta, como dice un versículo bíblico... el que persevera hasta el fin, ése será salvo.
Saludo!
Diego Chavarría.