¿Cómo hacer mejor mi trabajo?
Cosas que me pregunto al final del año.
A veces me gusta escribir sobre lo que pasa en mi cabeza. Lo hago a sabiendas de que este tipo de meta cognición tiene sus limitaciones y que a ciertos dueños de tiendas de café les da pena ajena estas asinceradas de lo que ocurre dentro de mi nebulosa consciencia. Aun así me ha parecido que es un ejercicio útil. Me aclara (no surprise there) la cabeza.
Estas son algunas ideas que han estado rondando en mi cabeza sobre mi trabajo de este año y posibles ajustes para el próximo año.
Hipertrofia cerebral
Este año sentí que mis insumos intelectuales superaron la capacidad de procesamiento de mi cerebro. Similar a cuando uno lee un libro difícil y no entiende todo, pero siente que lo atrapa. Como si en un nivel subconsciente la digestión estuviera ocurriendo pero el resultado de aquello todavía permanece un misterio para el consciente. Así me he sentido con mis lecturas, entrevistas, y conversaciones de este año.
Y no es solo por dificultad. También por la cantidad. Me he preguntado si debería reducir mis inputs y, no sé, ¿leer menos?, ¿hacer entrevistas de menos temas?, ¿no escuchar podcasts cuando camino sino a… mi cabeza?
Siento el cerebro hipertrofiado (espero que sea hiper y no atro-fiado) y quizás -si la metafora sirve de algo- habrá que confiar en que el órgano se acostumbre a estos nuevos niveles de carga.
Inputs
Este año decidí tomarme un sabático de escribir libros. Los anteriores dos años había tenido un libro ocupandome la cabeza y me ilusionaba pensar que no iba a tener que pensar en el mismo tema todo el tiempo (por cierto: Ante todo, hacer algo - gran regalo para empezar bien el próximo año). Lo otro que me parecía interesante de no escribir libro era tener lecturas más diversas, menos útiles por decirlo así. Esa era la idea, pero se atravesó Atemporal.
Creo que es el año en el que más preparación previa tuve que (decidí) hacer para mis entrevistas. Se sorprenderían de lo alto que es el per capita de libros escritos por mis entrevistados. La mayoría han escrito algo, así sea un oscuro libro que ellos mismos ya olvidaron (en Mercadolibre se consiguen muchos de esos libros difíciles).
El caso es que terminé leyendo tan o más disciplinadamente que cuando estaba escribiendo Ante todo, hacer algo (gran regalo de navidad, ¿dije ya?). Leí mucha historia de Colombia y perdí eso de leer cosas que no sirven de nada como, por ejemplo, una biografía de un olvidado editor de revistas para mujeres.
El próximo año me gustaría volver a leer de una manera más random o, como dicen los de Terrenal, de una manera ecléctica (capítulo de final de año de Atemporal con los de Terrenal, ¿quién secunda?).
Escalas
En su podcast, Tyler Cowen le pregunta recurrentemente a intelectuales cómo practican su oficio. No cómo hacen su oficio, sino cómo practican para su oficio. ¿Cuál es el equivalente a practicar escalas en piano (que se hace para desarrollar destreza en los dedos) en su trabajo?
Casi nadie tiene buena respuesta, porque es algo difícil de pensar en la marcha. Tyler, en cambio, tiene una buena respuesta en su blog. Yo me pregunto mucho cuáles son mis escalas.
Brad Pitt en Fórmula 1 (gran película) tiene un juegito que hace con una pelota de pin pong para desarrollar sus reflejos. La primera vez que a Belisario Betancur lo citaron al palacio presidencial, él fue un día antes para ver cómo se sentía estar ahí. ¿Qué cosas aparte de su actividad principal puede hacer uno para mejorar su desempeño en su trabajo?
Una que se me ocurre, y que ya no hago, es que pasaba todos los apartes que subrayaba de los libros que leía a fichas bibliográficas. Eso me obligaba a revisar los libros leídos y además se me grababan algunas citas. Pero no estoy seguro que ser un acumulador de frases sea un outcome ideal. Era, además, muy dispendioso.
Este año mi fellow substacker y profesor de economía en Los Andes Mateo Uribe empezó un club de lectura al que me invitó y que creo que se ha vuelto una de mis escalas de práctica. Leímos Capitalismo, socialismo y democracia de Schumpeter y Democracia en América de Tocqueville, lo cual ya paga el club de lectura pues obliga a leer cosas que depronto uno no leería si nadie lo está mirando, pero en realidad el mayor aprendizaje (al menos para mí) ocurría en las discusiones.
Barbell Strategy
Escribí antes sobre la Barbell Strategy o estrategia de barra, una idea de Taleb según la cual uno asume unos riesgos absurdos pero no catastróficos. En vez de apostar por la medianía, por ejemplo, corriendo 20 kilómetros a la semana, uno elige la opción desbalanceada y corre 150 km en tres días y luego no vuelve a hacer ejercicio nunca más. El ejemplo es absurdo pero se trata de eso, de subirle el dial de la intensidad a algún aspecto de la vida.
Es en esas aristas de desbalance donde uno puede empezar a consolidar una ventaja real respecto de los demás. En vez de repartir volantes, asistir a foros, subir videos a las redes sociales, y hacer reuniones políticas, el candidato al congreso asigna de manera desproporcionada su energía a grabar Tik Toks y barre en las elecciones. Es la estrategia de barra y, como escribí hace meses, me pregunto constantemente cómo aplicarla y todavía (ni entonces ni ahora) tengo respuesta.
¿Leer solo libros publicados antes de 1980? ¿Entrevistar solo mayores de 65 (guilty)? ¿En vez de escribir 52 textos cortos al año, escribir 4 largos?
No lo sé, pero son las preguntas que me hago en este cierre del año.
Recomendación de la semana:
Thinkpiece: Dos cosas pueden ser verdad al mismo tiempo de Mateo Uribe
¿Barras bravas de fútbol son net-positive? Muy bueno esto sobre separar a la obra del artista y las implicaciones éticas de ser barrista de Nacional.
Esta semana en Atemporal: Entrevisté a Pedro Carmona, que fue presidente de Venezuela durante menos de 48 horas antes de que Chávez retomara el poder. Entrevista histórica sobre los hechos del 11 de abril de 2002, la fallida transición y superación del chavismo vista 23 años después.
Esta edición del newsletter es posible gracias a COMFAMA. Me gustó un video que vi de COMFAMA en el que contaban cómo habían logrado pasar a una semana laboral de 5 días para todos sus trabajadores sin dejar de prestar sus servicios habituales (incluso en fines de semana). Con un sistema eficiente de turnos, lograron que muchas personas puedan programarse y tener suficiente tiempo para actividades valiosas: visitar familia, ocio, deporte.
Eso me parece muy valioso de COMFAMA: están constantemente poniendo sobre la mesa temas importantes para el futuro del trabajo. En esta nueva era que está a la vuelta de la esquina, los líderes de organizaciones bien harían en acudir al conocimiento acumulado en siete décadas de existencia y trabajo que tiene COMFAMA.



no se si depronto pa la proxima podes escribir sobre buenos regalos de navidad
Tu proceso y evolución en la forma de entrevistar y de escribir me ha llamado mucho la atención. Pienso que falta “tomarte el café” como le dijiste en tu entrevista a Juan David. Es una situación que te causa incomodidad y si le subes ese decibel y la superas con rapport, empatía y asertividad escalarás un gran peldaño tanto en entrevistar logrando un mejor rêverie (capacidad de devolverle al entrevistado un señalamiento o hacer una pregunta en base a una verdadera escucha) y a hacer de la escritura una pieza de arte, que es más que uno mismo, como lo enseña Carolina Sanin.