Colombia inverosímil

Trece episodios extraordinariamente colombianos.

1. Cuando Pastrana decretó la zona de despeje en el Caguán, hubo un episodio de enorme tensión porque los soldados del batallón Cazadores se rehusaban a abandonar la zona (les habían dicho que se podían quedar). Los militares argumentaban que no podían dejar el batallón en poder de las FARC; las FARC alegaban un incumplimiento por parte del gobierno. La solución fue increíble: un cura de Jérico (of all places) tuvo que irse al otro lado del país a administrar el batallón Cazadores.

2. En la primera parte del siglo XX al candidato conservador a la presidencia lo escogía un sacerdote.

3. Fidel Castro estaba en Bogotá el 9 de abril de 1948. Aprovechó la confusión para hacerse con un uniforme de policía y un rifle. Intentó organizar las turbas, pero nadie le puso atención.

4. El día de la toma al Palacio de Justicia, el M-19 envió dos camiones con guerrilleros. En cierto momento tomaron rutas distintas. Uno de los camiones terminó atrapado en un monumental trancón bogotano y no pudo llegar a tiempo para la operación. En ese camión iban los combatientes más experimentados.

5. Luego del Bogotazo no había ambulancias disponibles para trasladar el cuerpo de Gaitán del hospital a su casa, donde sería enterrado. Hubo que llevarlo en zorra (una carreta con un planchon de madera halada por una mula).

6. Cuando le preguntaban a Jackie Kennedy por Alberto Lleras decía que se trataba del más grande estadista que había conocido.

7. Hay un país de Africa que nadie conoce (salvo los narcotraficantes) en el que mandan unos tipos de Envigado.

8. Jose Eustasio Rivera escribió La vorágine a la sombra de un árbol. No era de caucho.

9. Luego de una díficil gestión con el Fondo Monetario Internacional, en plena crisis de los 80, finalmente los técnicos colombianos llegaron a un acuerdo con el Fondo. Solo faltaba firmarlo. “Se los mandamos por fax”, dijeron los del Fondo. “Fa-what?”, contestaron los colombianos. No había en ese entonces un solo fax en todos los edificios del Estado colombiano. Desesperados, salieron a buscar una máquina de fax por todas partes hasta que dieron con un empresario gomoso que se las prestó para que pudieran concretar el acuerdo con el FMI.

10. Las excentricidades más conocidas de Pablo Escobar son los animales. Los hipopótamos, que ahora andan sueltos, las garzas blancas que, según él, les tuvo que dedicar 100 trabajadores para que las subieran a los árboles en las tardes hasta que se acostumbraran a hacerlo por sí solas. Pero su excentricidad más interesante, me parece a mí, es que tomaba cerveza sin alcohol, en una época en la que no se conseguía en el país. Así es: Pablo Escobar fue el primer importador colombiano de cerveza sin alcohol.

11. Para proteger los archivos con el texto de la Constitución del 91 se designó a un ingeniero de sistemas del M-19. El tipo, paranoico como legado de su anterior oficio, guardó los textos en Excel en vez de Word y les puso a cada archivo individual (uno por cada artículo constitucional) el nombre de una mujer. A la hora de consolidarlos nadie se acordaba si el libre desarrollo de la personalidad era María Paula, Mariana, Matilda o Matildelina. El lío fue tal que tuvieron que enviar a otro ingeniero de sistemas a desenredar el asunto y el tipo, que era muy buen técnico pero que no tenía preparación en medios, ante la primera pesquisa de los periodistas se comprometió a que en 24 horas todo iba a estar resuelto. Consciente de haberse puesto un plazo imposible, el señor se puso a trabajar sin descanso hasta que colapso del estrés y terminó en una clínica de reposo. (Esta anécdota la cuenta Humberto De La Calle en Atemporal).

12. En los 70, el Ministerio del trabajo le dio personería jurídica a un sindicato de guaqueros. Sí: más de 10.000 personas que buscaban, ilegalmente, unas guacas estaban asociadas, legalmente, bajo un sindicato.

13. Cuando García Márquez ganó el nobel, una comitiva de la Cámara de Representantes viajó a Suecia a acompañarlo (por supuesto). Una noche García Márquez ofreció una cena a los laureados de las diferentes disciplinas y a ella asistió, no podía ser de otra manera, la comitiva de congresistas colombianos. En cierto momento de la noche -ya alicorados los comensales- se pudo ver que, en la esquina del salón, un representante colombiano había logrado arrinconar al nobel de física y estaba, punto por punto, refutándole su teoría. (Esta la relata Constaín en Atemporal).

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Recomendación de la semana

Canción patriótica británica:

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Esta semana en Atemporal: Conversé con el historiador y escritor Juan Esteban Constaín sobre los dirigentes políticos que eran amigos y luego se volvieron los más feroces enemigos. Hablamos también de Paul Mccartney, el talento y el talante.

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